Por Mitzy González Moyeno
Consejera en abuso de sustancias del Programa PITIRRE de Iniciativa Comunitaria
Cada vez que me comparten un momento de éxito y superación, mi corazón se alegra y me da las fuerzas para seguir amando lo que hago. Me reafirmo a que el ser humano tiene la capacidad de recuperarse, tiene la capacidad de alcanzar lo que desea, si así lo quiere.
El pasado 13 de noviembre, presencié el logro profesional de uno de nuestros participantes del programa PITIRRE. Lo que para muchos hubiera quedado en el intento o en solo un deseo, él lo llevó al límite de lo verdaderamente posible. Viviendo solamente el presente, preocupándose solo de lo necesario del día, se mantuvo firme, en búsqueda de su objetivo, alcanzar una meta que en muchas ocasiones había sido obstaculizada. Max logró defender exitosamente su tesis de doctorado del programa graduado de Historia de la Universidad de Puerto Rico.
La recuperación siempre será sinónimo de ganancias, la recuperación siempre estará ligada al cambio, a logros, a alcanzar metas. Basta tener disciplina para persistir e imaginación para visualizar aquello que se desea alcanzar. Son muchos los casos que podría enumerar de superación: conseguir un nuevo trabajo, volver a estudiar, tener un hogar, recuperar la familia, mejorar la salud, tener libertad, entre otros.
La historia de superación que he querido compartir hoy, resume lo que creo como filosofía de vida. Tenemos que amar nuestras historias, nuestras vivencias. Tenemos que abrazar nuestras experiencias de vida, aceptarlas, perdonar lo que se tenga que perdonar y poner puntos finales a capítulos que no hay por qué repetir. Y luego, amar con intensidad nuestro presente y decidir ¿cuál es el próximo paso que quiero dar en mi vida? Salir de la conformidad, de pensamientos negativos o de falsas creencias que nos alejan de gozar bien la vida.
Si fuera así, esta historia de vida de un hombre que a sus 54 años defiende su tesis doctoral no sería compartida. Que vive comprometido con su vida, con su nuevo estilo de vida. Hoy escribo, para que otros puedan creer. Presenciar la defensa de tesis, para mí fue algo muy anhelado. Yo estaba a la expectativa de que llegara el día, porque he vivido parte de su travesía, sus altas, sus bajas y su estabilidad. Su trabajo recibió excelentes críticas de parte de los jueces, quienes destacaron su labor y le aprobaron su tesis. Ver sus expresiones, su semblante de triunfo, de satisfacción, de que por fin lo que por tantos años veía tan lejos, se hacía realidad. Lo logró, él lo logró una vez más en su vida. La recuperación es sinónimo de cambio, ganancias, objetivos y logros alcanzados.
Siempre digo, el momento más importante es HOY. En el presente es donde podemos crear, crecer y preparar un mejor mañana. Es hoy cuando se pueden tomar mejores decisiones. Es hoy cuando tenemos la capacidad de comenzar nuevamente y armarnos de valor. Es hoy también cuando podemos buscar ayuda si sentimos que solos no podemos.
Hoy comparto esta historia real, de muchas historias que por los últimos años he tenido la dicha de presenciar. Todos los días podemos renacer, todos los días están llenos de oportunidad. Tú también puedes.