Publicado el 25 de octubre de 2017 | Claridad
Por Kritzia Pabon
Mónica Puig jugó la final del abierto de Luxemburgo el sábado y después se montó en un viaje de veintiséis horas en avión junto a María Sharapova para llegar a Loíza Aldea, donde su gente se levantó con la esperanza de que hoy recibirían suministros de la tenista boricua en el Centro TAU.
El Centro TAU es una colaboración de cuatro organizaciones comunitarias. La Fundación Ricky Martin provee dirección e infraestructura, mientras Nuestra Escuela tiene a su cargo la educación alternativa en un ambiente solidario. Con el apoyo de Iniciativa Comunitaria en al área de salubridad y prevención de violencia y el de SER de Puerto Rico en cernimientos se desarrolla el potencial de más de 100 niños de Loíza.
A las diez de la mañana el calor azotaba frente a la entrada del centro-escuela, donde cientos de personas ya se amontonaban en fila. “No esperábamos tanta gente”, comentó la Directora de la Fundación Ricky Martin, quien estuvo encargada de la logística.
Residentes de los residenciales y barrios aledaños, como María Lacen, hicieron fila en el estacionamiento desde las ocho de la mañana junto a sus vecinos. Algunos dicen haber llegado antes porque se rumoraba que repartirían estufas de gas, “con tanquecito de propano y todo”.
Luego de un pequeño recorrido por las instalaciones, la tenista se amarró el pelo en una cola de caballo y junto con Sharapova se trepó en uno de los camiones que aportó la Cruz Roja para la transportación de los víveres y comenzó a repartir.
Además de las estufas con sus tanques y cajas de agua para mil personas, AT&T entregó celulares a cien de los presentes junto con camisetas con el logo de la compañía. Mientras esperaban por los abastos, los loiceños comieron de un almuerzo hecho por la coalición Chefs for Puerto Rico y disfrutaron de paletas de helado. Se repartió lo suficiente para ayudar a más de mil familias.