Publicado el 6 de julio de 2015 | Primera Hora
Por Mariana Cobián
Se permitiría usar un nuevo fármaco para detener una sobredosis mortal.
Con el fin de que no mueran personas por sobredosis de opiáceos y que no se criminalice a aquel que provea ayuda, el Senado de Puerto Rico presentó hoy un proyecto de ley para ayudar a salvar vidas y actuar sin miedo al ayudar a otros.
El Proyecto del Senado 1445 busca establecer una política de buen samaritano para proveer protecciones a testigos, personal médico y usuarios de drogas que atienden a una víctima de sobredosis, además de la implantación del medicamento naloxona para contrarrestar los síntomas.
Los autores de la medida, el presidente del Senado Eduardo Bhatia y el senador Miguel Pereira, indicaron que aunque no hay estadísticas de cuántas personas mueren por sobredosis de sustancias controladas, se estima que son más de 100 al año.
“Hay que dejar atrás la visión criminal por una salubrista. Sobre 100 personas mueren anualmente por sobredosis. Es un número demasiado alto. Todas las vidas cuentan en Puerto Rico. Y hay que actuar sin miedo”, manifestó Bhatia en conferencia de prensa en la sala de prensa del Senado en el Capitolio.
Explicó que el proyecto de ley busca establecer una “nueva ruta salubrista” al discriminalizar el poder ayudar a usuarios de drogas bajo los efectos de una sobredosis con un programa para poder aplicar naloxona, que es un medicamento que revierte una sobredosis al bloquear el opiáceo por entre 30 y 90 minutos para que el paciente pueda respirar y sobrevivir.
Pereira recalcó que la idea es poder proveer a los adictos la ayuda que necesiten sin que haya choque entre los que los ayudan y la Policía.
“Si la vida es lo más importante, vamos a salvarla. Es así de sencillo. Vamos a contribuir a salvarla. El ‘kit’ de naloxona ya se usa en Estados Unidos. No es nuevo ni experimental. Lo nuevo es la voluntad de hacerlo”, señaló el exsuperintendente de la Policía y exsecretario de Corrección.
El fundador y principal oficial ejecutivo de la organización Iniciativa Comunitaria, José Vargas Vidot, destacó que es una “inquietud nuestra de hace años” el ver que usuarios fallecen por sobredosis por la falta de ayuda y del medicamento necesario.
“Hemos habitualizado la idea de que un muerto por una sobredosis es beneficiosa para la sociedad. Cuando hay que recordar que esa persona es un hijo, un nieto, un sobrino de alguien que sufre el mismo dolor que si muere por otra condición”, expresó Vargas Vidot, quien tiene conocimiento de al menos 33 muertes por sobredosis en lo que va de año.
Lamentó que en el presente ha visto hasta a médicos que prefieren no atender a un usuario con sobredosis por miedo a arriesgar sus licencias médicas. Otros no se atreven a ayudar por miedo a ser arrestados, dijo.
Mientras, el director ejecutivo de Intercambios Puerto Rico, Rafael A. Torruella, destacó que este proyecto de ley ayuda “a un sector extremadamente marginalizado por años” y que ya la mitad de los estados en Estados Unidos tienen el proyecto de la naloxona.
El doctor, cuya organización promueve intercambiar jeringuillas a más de 600 usuarios en el área este de la Isla, explicó que el medicamento no tiene efectos secundarios y ayuda a pasar una sobredosis, pero no es un medicamento terapéutico que se puede aplicar de varias formas, incluyendo inhalándolo.
Bhatia dijo que la medida busca que el Departamento de Salud establezca cómo serán los adiestramientos, que se proveerán a los mismos usuarios, ya que muchos de estos incidentes ocurren en los mismos hospitalillos, además de a policías, personal de emergencias médicas y hasta los mismos familiares. El proyecto de ley dispone para tener un registro de a quién se le administra y cuántas dosis, y aclaró que, una vez se establezca el programa, hay fondos federales para cubrir los gastos.
En cuanto a la renuencia de la Cámara de Representantes relacionado a otros proyectos de ley propuestos relacionados a sustancias controladas que no han prosperado, Bhatia indicó que “esperamos que esta vez sean receptivos”.
“No creo que se puedan oponer a esto. Es una actitud salubrista”, añadió el presidente del Senado.
Uno de los que agradece la medida es Christopher Cotto, quien dijo que comenzó a usar drogas desde los 14 años y duró nueve años en el vicio, hasta que llegó a Iniciativa Comunitaria y logró terminar la escuela y graduarse “con honores” como barbero.
Cotto relató que cuando era usuario “pasó de todo”, incluyendo una sobredosis, cuando era usuario de drogas. El joven relató que viene “de buena familia”, pero vio a muchos adictos en el barrio donde se crió, de los cuales “ya muchos de ellos no están con nosotros”.