Publicado el 16 de julio de 2017 | El Vocero
Por Perla Rodríguez
Las mujeres que deambulan tienen que elegir –todos los meses– entre comer y comprar un paquete de toallas sanitarias, porque pueden quedarse sin techo y sin comida, pero la menstruación no para.
Una tarde de mayo, en la Parada 18 de Santurce, Milena Ortiz Banchs se percató de que la mujer que le estaba pidiendo una moneda para comer también estaba manchada de sangre, justo en sus genitales. El semáforo cambió y no le pudo preguntar si en realidad estaba menstruando.
La joven de 18 años se quedó pensando en lo que había visto y no pudo más que hacer una búsqueda cibernética rápida. Así conoció la historia de una estadounidense que sostuvo que la peor parte de ser mujer y vivir en las calles es que tienes que enfrentar la menstruación en medio de la miseria sanitaria.
Esta mujer optó por pasar sus noches de menstruación sentada en un baño público. Ortiz Banchs tuvo una idea mejor: buscar alianzas entre compañías privadas y organizaciones sin fines de lucro para regalar toallas sanitarias y desinfectantes para las mujeres que sufren la menstruación en la calle.
“Me dije: ‘Tengo que buscar una forma para ayudarlas’”, explicó la estudiante de nuevo ingreso en la Universidad Interamericana de Bayamón. Pero Ortiz Banchs se topó con que no hay organizaciones que atiendan las necesidades sanitarias -durante la menstruación- de las mujeres que deambulan en la Isla. Entonces, se lanzó a enviar correos electrónicos a todos los distribuidores que encontró en internet.
De muchos no recibió respuesta, pero de Kimberly Clark, mejor conocida por su marca Kotex, le respondieron a los pocos minutos. “En menos de una hora me contestaron y me dijeron que es increíble que nunca han hecho una actividad como esta”, explicó la entusiasta joven.
Luego, la bibliotecaria de su escuela, Victoria Colón, le aconsejó una alianza con Iniciativa Comunitaria. Lo demás es una historia que apenas comenzará el 28 de julio, con la entrega de 30 bolsas plásticas con ocho toallas sanitarias y dos paquetes de toallitas desinfectantes.
Durante el primer recorrido estarán visitando la avenida 65 de Infantería y también pasarán por Río Piedras, Condado, Santurce, Hato Rey y Cantera.
Pero la meta no culmina en esa actividad nocturna: el fin es impactar mensualmente a más de 100 mujeres. “He enviado emails a muchas compañías y todavía estamos esperando respuesta”, agregó Ortiz Banchs.
Piensa registrar el nombre
La estudiante recién graduada de escuela superior ya tiene planes de registrar el nombre de su proyecto. “Ya hemos hablado sobre el tema, pero aún lo estamos consultando”, explicó.
Sin embargo, Ortiz Banchs no se limita al registro de su concepto. La idea es desarrollar el proyecto como una organización sin fines de lucro. “Que la gente vea que los jóvenes estamos haciendo la diferencia”, sostuvo.
“Que sepan lo que las generaciones en desarrollo somos capaces de dar, y que estamos dispuestos a hablar de la menstruación, porque no nos da vergüenza hacerlo”, puntualizó la joven mientras destaca que ya hay 15 jóvenes embarcados en el proyecto.
Para Ortiz Banchs, las iniciativas benéficas se enfocan mucho en la ropa y la comida de los deambulantes, “pero no pensamos más allá: en las mujeres y en sus toallas sanitarias, porque si yo estoy en mi periodo y no tengo cómo protegerme, estoy vulnerable a infecciones y enfermedades”.
Y como no hay que esperar hasta el 28 de julio, Ortiz Banchs ya entregó su primer paquetito de toallas sanitarias. La mujer se llama Jessica y deambula en la avenida 65 de Infantería.
La joven dijo que nada de esto hubiese sido posible sin el apoyo de sus padres, Millie Banchs y José Ortiz. “Ellos son los que me han ayudado en todo”, afirmó.
Iris n Santiago
Oct 20, 2018 -
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