Publicado el 6 de mayo de 2015 | Primera Hora
La droga luce como cristal y lo mismo se inhala, se fuma o se inyecta.
El diseño de drogas sintéticas de distribución clandestina no para, sobre todo cuando hay un mercado que cae en la tentación de probar todo lo nuevo. Últimamente se habla de la flakka, un estimulante poderoso que, según informes policiacos, ronda las calles de la Florida.
El mes pasado, según reportado por varios medios noticiosos, un individuo que corría desnudo trató de tener sexo con un árbol y le dijo a la Policía que él era Thor; otro también corrió desnudo porque unos perros (imaginarios) lo perseguían. Ambos tenían en común haber usado flakka.
La droga luce como cristal y lo mismo se inhala, se fuma o se inyecta. Basta una pequeña dosis para provocar alteraciones en el corazón, agresividad, fuerza inusual y psicosis.
Como otras drogas de este tipo, la flakka puede causar hiperestimulación, paranoia y alucinaciones que pueden llevar a la persona a conductas violentas con los demás y consigo mismo. Como provoca el aceleramiento de los latidos, está asociada con ataques al corazón. Además, al aumentar dramáticamente la temperatura del cuerpo, pone en peligro el funcionamiento renal.
A Puerto Rico, según las autoridades, no ha llegado la flakka.
En Iniciativa Comunitaria no tienen conocimiento de que algún participante la haya usado y en la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) tampoco. Según la División de Drogas de San Juan, no han habido operativos donde se haya incautado flakka, una versión sintética de la catinona, un estimulante similar a la anfetamina.