“Un asunto moral” defender las sin fines de lucro ante recortes

“Un asunto moral” defender las sin fines de lucro ante recortes

Publicado el 29 de mayo de 2015 | NotiCel
Por: Josian Bruno Gómez

A eso de las once de la mañana del jueves, una multitud representativa de personas del tercer sector se aglomeró frente a las escalinatas del Capitolio donde movieron sus brazos aceleradamente, haciendo resonar unas latas, que traían como alcancías. Esa chavería, que representa el 0.8% del presupuesto del Fondo General que le es asignado a los programas de servicios sociales, resonó fuerte, días antes de que la asamblea legislativa atienda el proyecto del presupuesto.

Con el 0.8% que reciben del Fondo General, las organizaciones sin fines de lucro de Puerto Rico impactan a una población de 700,000 personas, lo que representa a uno de cada cinco puertorriqueños.  Son personas que han visto sus vidas transformadas por la ayuda que le brindó de forma anónima alguna de las 11,000 OSFL (Organizaciones Sin Fines de Lucro) activas en la Isla, o de las cien organizaciones que conforman la coalición Una Sola Voz.

Pero con los recortes anunciados por el Ejecutivo, que estiman en $30 millones menos para sus programas, acordaron que es tiempo de salir del anonimato y hacer un llamado de conciencia a la legislatura.  “Queremos ser parte de la solución. El dinero que están invirtiendo (en nosotros) es bueno para el país”, recordó Lillian Santos, principal oficial ejecutiva de la Sociedad Americana del Cáncer.

Las personas que de alguna manera u otra recibieron un servicio durante un momento de dificultad en sus vidas, ya sea como deambulantes, pacientes de cáncer, desempleados o como parte de la población marginada, acudieron al Capitolio para evitar que otros carezcan de programas que fueron esenciales en sus vidas.

Shalyssa Coss Ortiz, de 17 años, dio su testimonio sobre el impacto que tuvo Boys and Girls Club, cuando hace seis años fue removida de la custodia de su madre y alejada de su hermano.  “Estaba sumamente rebelde. Llegué a casa de mi abuela y ella no podía controlar mi mal carácter, mi impulsividad, ni mi baja autoestima”, recordó la joven, quien ahora forma parte del cuadro de honor, del consejo escolar y es líder juvenil tanto en su iglesia, como en la institución.

-¿Qué hizo la organización que fue tan esencial para ti?

-Demostrarme que ellos creen en mí, dijo.

El estudio de las OSFL en Puerto Rico reveló que por cada dólar invertido en una OSFL de salud, el Gobierno se evita un costo de $7, mientras que en el área de educación hay un costo evitado de $20.

La labor social que realizan es imprescindible. Antonio Cruz, de 47 años, comunicó que tiene un techo gracias a La Fondita de Jesús, donde trabaja como voluntario a cambio de recibir los servicios.  Pasó su primera noche a la intemperie en 2013, cuando quedó desempleado.

Ninoshka Mendoza, de 19 años, retomó los estudios mediante la ayuda de Crearte.  Dice jubilosa que ahora puede ser un ejemplo para su hijo como madre soltera y procurar una mejor vida para su familia.  Si la institución no la hubiera acogido a ella y a cientos de otros jóvenes, sería otra su historia, aseguró.

Cortar servicios pudiera conllevar a que empeore la calidad de vida de miles de personas. “¿De qué forma esto va a llevar a una criminalidad mayor, por qué no hay quien esté llevando a estas personas de la mano?”, cuestionó Myrta Colón, del residencial Las Gladiolas.

“¿Cómo es posible que con esos recortes a las clases marginadas se les margine más?”, insistió. En el caso de Las Gladiolas, el único espacio que tuvo la comunidad para convocar a la prensa y denunciar su situación de desalojo fue en una sala que les prestó Iniciativa Comunitaria, a poca distancia del residencial. De lo contrario, hubieran quedado invisibles. Precisamente, contra esa invisibilidad es que se han unido como Una Sola Voz.

Los recortes pudieran significar el cierre de otras organizaciones, como el Museo de Arte de Puerto Rico, a quien se le reduce $100 mil en asignaciones. Más allá de las salas de exposición, el museo ofrece talleres a los presos en acuerdo con el Departamento de Corrección, así como a comunidades como La Perla, G8, Cantera y Llórens Torres.

“Es un asunto de moral. Estoy aquí por mi hijo. No es justo que yo haya disfrutado de los servicios y otros no puedan hacerlo”, indicó José Alvira, quien se alojó en el Hogar de Niños que Quieren Sonreír, cuando su hijo, de 9 años, recibía tratamientos para la leucemia.  El albergue cerrará con la reducción de $150 mil a la Sociedad Americana del Cáncer.